EN
EL MES DE LA MUJER
MUJER
EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD / SUJETO
POLÍTICO Y SOCIAL
LA
MUJER COMO SUJETO POLÍTICO Y SOCIAL
Por
Elena Luz González Bazán especial para Latitud Periódico
8
de marzo del 2015. Actualizado el 7 de marzo del 2016
El
8 de marzo es el día Internacional de la Mujer
La historia de la humanidad, o mejor dicho
la aparición del hombre tienen como actora fundamental
a la mujer. Los tiempos antes de la aparición del Estado,
la mujer era reina y señora de su casa y de la producción
y reproducción. De la subsistencia y del cuidado de las
tribus, fatrias y gens, de los clanes y de las diversas formas
familiares antes de la monogamia.
La mujer daba el origen del niño y el
adulto por venir, la sociedad se escalonó como parte
de su primordial elemento de llevar y dar vida.
Luego con la aparición del Estado y
la otra historia, la herencia y la preeminencia masculina forzaron
por generaciones a que la mujer fuera un elemento, no un sujeto
histórico de la sociedad, constreñida, impuesto
su lugar en el ámbito familiar, la crianza de los niños
y quitada de la vida social pública.
Debieron pasar largos procesos donde la mujer
volvió, lentamente, a recuperar aquellos lugares, en
su inmensa mayoría ignorando que así había
sido en algún momento. Pero como afirma Federico Engels,
¨El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota
histórica del sexo femenino en todo el mundo¨. El
hombre empuñó también las riendas en la
casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora,
en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento
de reproducción.
Ese derrocamiento fue contundente para la historia
de las luchas de la humanidad, porque la soledad del hombre
y la discriminación de la mujer dejaron los espacios
libres para cientos de derrotas, fundamentalmente entre los
movimientos populares de todo tiempo.
En medio de este largo proceso histórico
debemos rescatar de los confines de una historia que las hizo
de bronce, como el caso de Juana Azurduy, o las ignora, las
ha olvidado deliberadamente como el caso de Bartolina Sisa Vargas,
Teresa Bustos o Vicente Eguino o Aguino, de acuerdo a las fuentes
consultadas, que por cierto son muy pocas. La primera luchó
contra los conquistadores y las dos últimas contra los
realistas. Hubo mujeres que fueron fusiladas, torturadas, violadas
y decapitadas por luchar por los ideales de libertad e independencia.
Pero la pregunta es porqué son ocultadas. Porque como
afirmaba ese otro pensador del campo popular nacional John W.
Cooke, la politización de las clases dominantes conlleva
la despolitización de los dominados. Esto en un pensamiento
claro significa que no debe haber conciencia, ni participación,
ni compromiso en las clases explotadas para cambiar el destino
al cual son sujetas.
La mujer en ese tránsito juega un espacio
sustancial, su deliberado mantenimiento en los denominados espacios
privados: casa, hijo y marido la invalida de ser actora esencial
de las luchas por su liberación. La mujer arrastra, motoriza,
es práctica y cuando se compromete empuja a los miembros
de su familia. Los ejemplos son infinitos. En épocas
de la conquista dos mujeres cacicas condujeron a sus ejércitos
de indios contra los españoles, durante la independencia
hubo mujeres que trabajaban en forma clandestina en las fábricas
de armas y municiones, en el siglo XX las mujeres de Rosario
y Villa Manuelita evitaron que los golpistas del ´55 entraran
a sus poblaciones. Durante las huelgas obreras las mujeres pusieron
el pecho y defendieron los derechos de sus maridos y compañeros,
pero lo que es más válido, salieron a defender
sus espacios, a una vida digna y la seguridad de la comunidad
laboral.
En la última dictadura miles de mujeres
fueron carne de cañón, pero hubo otras mujeres
segregadas por la sociedad en su conjunto que protagonizaron
momentos de dignidad, coraje y real valentía, no hocicaron
ante los esbirros buzzistas, los enfrentaron y salvaron vidas,
fueron las prostitutas de Tafí Viejo, igual que las prostitutas
en la Patagonia. Esas mujeres no aparecen en los anales de la
historia, y otras mujeres, miles de mujeres embaucadas por los
preceptos sociales ignoran estas hazañas escondidas entre
los pliegues de otros recuerdos.
La historia, no sólo de nuestro país, ni aún
de nuestro continente americano tiene entre sus cientos de años,
pequeñas y grandes historias de mujeres y hombres que
fueron enterrados.
Camila O´Gorman es conocida por la historia
moderna porque de alguna forma se necesita de esta historia
para plantar los preceptos ¨morales¨ de un celibato
impuesto. Cientos de curas dejaron sus hábitos para poder
realizar su vida sexual normalmente y alejado de la hipocresía
consentida, y no dejaron de ser fervientes creyentes, hombres
de la religión que abrazaron y fieles a los preceptos
de vida. Nuestra historia reciente y represiva nos muestra a
monjas torturadas y vejadas por creer y practicar la libertad.
Ambos amores tienen el mismo valor, y ambas corrieron el mismo
destino.
No se trata de pensar en lo prohibido de Camila
o la militancia de Leonie y Alice sino que es lo que cuestionaron
con su accionar.
La Argentina en líneas generales ha
impuesto a sus calles nombres de personas prominentes en alguna
disciplina, sin embargo y en el caso de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, sobre unas 1.000 calles, el porcentaje dedicado
a calles con nombre de mujer es realmente insignificante, en
realidad son excepciones a la regla. La historia toma a la mujer
excepcionalmente, los medios de comunicación evitan mostrar
a las mujeres en la protesta social.
En estos tiempos de campaña electoral, la frivolidad
de sus participantes degrada la participación política
y social de esta otra realidad de todos los días y de
tiempos inmemoriales.
La matanza de las 129 obreras de la fábrica
Cotton, o las 146 según otras fuentes; o bien, las investigaciones
posteriores que hablan del suceso que el incendio fue en la
Triangle Shirtwaist Company, que no fue ni el 8 de marzo de
1857, ni el 8 de marzo de 1908, sino el 27 de septiembre de
1909 y que el mito se elaboró en 1955.
De todas formas, este momento histórico
dejó un ejemplo de lucha y protagonismo, que luego tomó
Clara Zetkin y un día al año se las recuerda,
a pesar de que se hace todo lo posible para desnaturalizar ese
día. Las madres de Plaza de Mayo muertas por la represión
dejaron su ejemplo, las mujeres que sufrieron el vil castigo
dictatorial dejaron sus enseñanzas, hoy y a pesar de
las injusticias, existe la realidad de muchachas como Romina
Tejerina que dice con total libertad que su dolor le despertó
a otra situación. Hoy se han dado casos de violación
y abortos que debieron realizado y sin embargo, las presiones
de distintos factores de poder no lo permitieron. Cientos, miles
de mujeres se comprometieron para denunciar la injusticia, dejando
de lado y rechazando los valores impuestos por los grandes medios
de comunicación de masas… hay que ser críticos,
hoy la mujer protagonista de los medios es la vergonzante actuación
de personas del sexo femenino que tienen de cerebro un maní
y muchas voluptuosidades y exposiciones públicas que
son patéticas.
Las mujeres con verdaderos valores no tienen esa prensa…
El tiempo de las luchas por la dignidad, el
coraje, la valentía, los ideales no son ajenas a las
mujeres, no se trata de oponer los sexos, esto es un problema
que deben dilucidar las feministas, es tiempo de entender que
la marcha de la topadora femenina arrastra y, lo que es más
importante, arrastra a toda la sociedad y su núcleo esencial:
la familia. No en vano hay un mensaje elaborado por el poder
político y económico dirigido a la mujer, a un
modelo de mujer y una frivolidad femenina. Los tiempos van desenmascarando
estas premisas, y las injusticias dividen a las clases en pugna,
pensar en un problema de sexos es como analizar que puede haber
un capitalismo humanizado, y esto es incoherente ya que la desocupación
castiga fuertemente explotando la mano de obra femenina, produce
la competencia deshumanizada y la intenta sumergir en una disputa
con el otro sexo.
La mujer perdió sus derechos, su lugar
en la sociedad, sus espacios claros y precisos, dominantes en
la comunidad. Dilapidó la sociedad su rol dirigente,
no sólo de reproducción, sino de producción,
organización y de conducción en la vida social.
Malversó esos niveles de conciencia y articulación
de la mujer que movían la sociedad, eso fue, esencialmente,
lo que debía desterrar. Esto es lo que hay que recuperar…
Publicado por primera vez: 25 de septiembre
del 2005 y el 9 de marzo del 2010. Corregida, ampliada y actualizada.
Autora de: * Mujer, Sociedad y Política,
La Rosa Blindada, 2007 y trabajos e investigaciones sobre la
temática.
Publicado en el portal: Villa Crespo Digital
Caracteres:
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